Gracias a mi padre y tío materno -melómano empedernido- las estrellas musicales del pasado pre revolucionaro cubano, para mí no fueron desconocidas. En mi casa había un gran número de discos de vinilo. Entre ellos sobresalían las grabaciones de los boleristas. Allí se encontraba el timbre trasnochado, con aire de cantina y bar marginal de los Orlandos - Contreras y Vallejo-, también el estilo casi tanguero de Blanca Rosa Gil, el histrionismo excesivo de Olga Guillot, La Lupe y Moraima Secada.
La Guillot ha muerto sin ver a Cuba sin Castros, puede ser que con ella fenezca una época pero será una nueva hoja en nuestra larga novela de nostalgias, esa que algunos preferimos leer una y otra vez simplemente porque es nuestra.
La Guillot ha muerto sin ver a Cuba sin Castros, puede ser que con ella fenezca una época pero será una nueva hoja en nuestra larga novela de nostalgias, esa que algunos preferimos leer una y otra vez simplemente porque es nuestra.
Aquí les dejo con unas de las especiales interpretaciones de La Guillot.
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