martes, 2 de marzo de 2010

Lo que falta es sistema.

El absurdo que envuelve al caso cubano cada vez es más difícil de dimensionar. En medio de la insostenibilidad de un sistema que se ha ido carcomiendo las entrañas, es asombroso como aún se pretende subsanar –quizá desde un oportunismo latente- lo que por esencia ya no tiene remedio.

Ha surgido un nuevo paladín de lo desatinado. El secretario del partido comunista en Santiago de Cuba es la nueva atracción del circo que es la sociedad isleña. En un video aparece con un discurso lleno de exigencia paternalista, muy enfrascado en solucionar medio siglo de desidia, ineficiencia y desastres económicos. Este hombre se niega a aprender que los sistemas de corte totalitarios, con economías altamente centralizadas e ineficientes han fracasado.

En la noticia se pretende hacer creer que los problemas son generados por la indolencia de las personas. Se obvia que la desidia social imperante se ha generado, entre otras razones, por la ineficacia y pésima gestión del gobierno que este hombre representa. Con ingenuidad casi tontorrona, podría pensarse que el secretario del partido comunista lo que persigue es al menos mejorar un poco las cosas. La realidad es que llevan 50 años de ejercicio en la prueba y el error. Centrados sólo en el mantenimiento del poder a cualquier precio, el castrismo ha asumido el papel al que estaba irremediablemente destinado: ser uno de los últimos capítulos de la caída del comunismo con su inoperancia y represión implícitos.

El video no es más que otro intento por desviar la atención del problema real de Cuba, los déspotas que la han desgobernado durante tanto tiempo. Algo se puede rescatar de las palabras del secretario, el problema de la isla es “que no hay sistema”.

El video lo vi por primera vez en la página de Ichikawa.



El siguiente documental trata sobre lo mismo, lo único que es de hace 30 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario