Yoani Sánchez una vez más denuncia atropellos en el blog que funge como su voz, como la voz de muchos. La bestia dictatorial sigue acechando. Lanza zarpazos en busca del silencio, del sometimiento, intentando generar carroña sometida. A la bloguera y su familia no le darán la mas mínima oportunidad de escape, de aire libre. Han creado para ellos unos barrotes personalizados, proyección de los enormes que rodean a la sociedad cubana.
Cuando Yoani Sánchez comenzó a ganar premios y convertirse en una figura conocida internacionalmente, muchos creyeron que había alcanzado cierta inmunidad. Quienes pensaron así no conocen la esencia de las tiranías ideológicas. Sánchez puede ser maltratada en cualquier momento, física y emocionalmente, incluso – y ojalá no suceda- una mano cruel puede arrancar su aliento. La dictaduras no tienen moral ni reparos éticos, ¿qué les puede importar las condenas internacionales por la vida de una persona cuando cercenan las de miles?. Lamentablemente la bloguera y su familia no tienen ninguna protección.
Tienen un estatus de “libre” sometimiento. La dictadura crea una ilusión de supuesta protección para generar dudas sobre ella. Todos saben que el castrismo no es benevolente con las piedras en sus botas avasalladoras. Es lógico pensar que si las permite es porque son parte del sistema represivo. Así, premeditadamente, buscan ensuciar su imagen y enturbiar su credibilidad, dando una impresión de supuesta permisibilidad. En la realidad, las botas pisotean despiadadamente la existencia de Yoani y los suyos, buscan que fenezcan de terror, intentan que se rindan. Afortunadamente no están dispuestos a hacerlo, son personas de honor y cuentan con la fuerza de la razón.
Teo, el hijo de Yoani, no quería ir a celebraciones de “viejos”. Imagino que no sea sólo por las eternas diferencias generacionales. Quizá para el adolescente lo viejo significa el rostro de la opresión que hace sufrir a sus padres, es la representación de una senil dictadura que arruina su presente y le arrebata el futuro. Teo ya habló y creo que no ha sido fruto de una adolescente rebeldía. Es un reclamo elemental de justicia, una voz que espero crezca, gritos frescos, nuevos, que acaben con el sufrimiento de Cuba.
Yoani imagina a las fieras asustadas. Creo que no lo están. Las hienas sólo se asustan cuando alguien más fuerte les arrebata el alimento. Desafortunadamente este momento todavía no llega. Las hienas de los Castro aún no temen. Se cobijan bajo el amparo de los tiranos como engendros amorales que matan por carroña. Todavía se sienten poderosas, pero el futuro ya las hará temblar. Pagarán caro tanta culpabilidad.
Cuando Yoani Sánchez comenzó a ganar premios y convertirse en una figura conocida internacionalmente, muchos creyeron que había alcanzado cierta inmunidad. Quienes pensaron así no conocen la esencia de las tiranías ideológicas. Sánchez puede ser maltratada en cualquier momento, física y emocionalmente, incluso – y ojalá no suceda- una mano cruel puede arrancar su aliento. La dictaduras no tienen moral ni reparos éticos, ¿qué les puede importar las condenas internacionales por la vida de una persona cuando cercenan las de miles?. Lamentablemente la bloguera y su familia no tienen ninguna protección.
Tienen un estatus de “libre” sometimiento. La dictadura crea una ilusión de supuesta protección para generar dudas sobre ella. Todos saben que el castrismo no es benevolente con las piedras en sus botas avasalladoras. Es lógico pensar que si las permite es porque son parte del sistema represivo. Así, premeditadamente, buscan ensuciar su imagen y enturbiar su credibilidad, dando una impresión de supuesta permisibilidad. En la realidad, las botas pisotean despiadadamente la existencia de Yoani y los suyos, buscan que fenezcan de terror, intentan que se rindan. Afortunadamente no están dispuestos a hacerlo, son personas de honor y cuentan con la fuerza de la razón.
Teo, el hijo de Yoani, no quería ir a celebraciones de “viejos”. Imagino que no sea sólo por las eternas diferencias generacionales. Quizá para el adolescente lo viejo significa el rostro de la opresión que hace sufrir a sus padres, es la representación de una senil dictadura que arruina su presente y le arrebata el futuro. Teo ya habló y creo que no ha sido fruto de una adolescente rebeldía. Es un reclamo elemental de justicia, una voz que espero crezca, gritos frescos, nuevos, que acaben con el sufrimiento de Cuba.
Yoani imagina a las fieras asustadas. Creo que no lo están. Las hienas sólo se asustan cuando alguien más fuerte les arrebata el alimento. Desafortunadamente este momento todavía no llega. Las hienas de los Castro aún no temen. Se cobijan bajo el amparo de los tiranos como engendros amorales que matan por carroña. Todavía se sienten poderosas, pero el futuro ya las hará temblar. Pagarán caro tanta culpabilidad.
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