miércoles, 30 de diciembre de 2009

Feliz Año 2010

A todos los cubanos -estén donde estén- les deseo un buen año 2010.

Para animar el ambiente, aquí los dejo con el momento deportivo que me ha hecho más feliz. Que el 2010 nos traiga democracia, libertad, paz y sobre todo mucha jamaaaaaaaaaaaaaa!!!

Pd: Wispingui, seremos Industrialistas hasta que la Parca nos ponche.


martes, 29 de diciembre de 2009

Efímeros souvenirs.

Hace algunos años, irse de Cuba era un acto incorregible y definitivo. Buscando saciar ansias perentorias, que podrían agruparse en el significado más amplio de libertad, partíamos. Esos viajes nos llevaban al no retorno, al desarraigo y lamentablemente al desvínculo emocional con nuestros seres queridos.

En nuestras casas originarias pasábamos a ser habitantes fotográficos, entes que aparecían en los recuerdos, huellas en la memoria que al igual que en la playa, el mar de la lejanía iría borrando. Nos convertimos en los corresponsales de la esperanza, informando año tras año que el futuro existe fuera de Cuba, pero ocultando – quizá por orgullo- que el derecho a usarlo se pagaba en amargas cuotas anuales de tristeza y soledad, monedas que expresan la separación familiar.

Años después y gracias a lo inevitable, pudimos volver. Fuimos cargados de regalos y miedos. En las maletas se llevaban disímiles culpas, muertos a los que no pudimos decirle adiós, padres avejentados y solos, hijos que no vimos crecer y para los que ahora somos un Santa Claus culposo. Durante el tiempo de visita el sufrimiento vivido se camufla entre las anécdotas y recuerdos gratos. Cada instante es un símil de un álbum fotográfico en el que no existen momentos amargos.

Los minutos de la visita finalmente se agotan y volvemos a nuestro estatus de extraño, a exiliarnos nuevamente en el mundo de los recuerdos, a vestirnos de lejano. Poco a poco las nuevas memorias también se irán diluyendo como la bola de nieve que una nieta que vive en tierras frías, le lleva a su abuelo caribeño. Cada gota que desprende el acalorado hielo es un pedazo de nosotros mismos que inevitablemente se evaporará.


Adiós a las aulas.

Nota de Sergito López publicada en el blog de Emilio Ichikawa.

La memoria te juega malas pasadas. Recientemente me ocurrió con una nota (y un video) que con el título Si me levanto temprano...Cheo y feliz" insertó en su blog mi viejo amigo Emilio Ichikawa. La nota (y el video) se referían a sus palabras en la Universidad de La Habana durante la discusión de la tesis de Licenciatura “Ideología y revolución: Cuba, 1959-1960”.
Para seguir leyendo la entrada "Adiós a las aulas."

lunes, 28 de diciembre de 2009

Males antiguos.

Recientemente se han creado – como es hábito – muchas controversias por el actual “intercambio” cultural entre Cuba y USA. Aquí comparto con ustedes un video de Pedro Luis Ferrer en un concierto que ofreció en el año 1995 en el Museo de Bellas Artes. El trovador acababa de llegar de una gira por Miami. Es increíble y penoso como los temas de discusión siguen siendo los mismos. Cuba parece estar atrapada en la pesadilla de despertar cada mañana en el mismo día, con los mismos problemas e iguales miserias.

Disfruten de este tesoro personal.



domingo, 27 de diciembre de 2009

Las cosas que NO dejé en La Habana

Por la Sra. Kovacs

Mis estudiantes de Sociología en Chile son testigos de la deuda intelectual que tengo con mis antiguos profesores de Filosofía de la Universidad de La Habana. Siempre les comento que en aquellos difíciles años de la Cuba de principios de los noventas y en el contexto de la reapertura de la carrera de Sociología, ellos fueron capaces de provocar nuestra curiosidad intelectual. Evitaban con ello la complacencia o el desánimo con la ciencia social politizada que pretendían imponernos. Así generaron en aquel inquieto grupo de estudiantes las preguntas sin las que, como aprendería de Bourdieu más tarde, la Sociología deja de ser una ciencia que incomoda para convertirse en mera ingeniería social. Emilio Ichikawa fue uno de ellos. Con su particular estilo, irreverente e inquisidor, en ocasiones caótico, nos acompañó durante toda nuestra formación. A veces como amigo, las muchas como profesor. Me atrevo a compartir su intervención en calidad de jurado de nuestra tesis de licenciatura. Pese a la distancia y los quince años que nos separan de aquella ocasión, me alegro que esta grabación no haya sido –junto con las enseñanzas- una de las cosas que dejé en La Habana.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Nido de ratas.

Elia Kazan fue un excelente director de cine. También fue un traidor. Durante el macartismo denunció a sus compañeros de oficio para salvar el pellejo propio. Toda su grandeza artística quedó opacada por la traición cometida. Cuando se le otorgó el Oscar premiando su trayectoria, muchos no estuvieron de acuerdo y lo demostraron sin tan siquiera aplaudirle en la ceremonia de entrega de los premios. Para la mayoría primó el comportamiento valórico por sobre el artístico.

En Cuba muchos artistas han sido igual de traidores. Puede ser que no hayan denunciado a alguien en específico pero ocultar, amparar o defender una dictadura es una traición a gran escala. No basta con cometer tal insulto ético, sino que ahora van a mostrar su “arte” al lugar donde vive el exilio cubano más radical y quizá también el más maltratado. Sus espectáculos siguen siendo otra manera de ocultar la miseria y el sufrimiento del pueblo isleño. No importa si firmaron una carta que justifica un fusilamiento, si adoran a Fidel Castro, o si mueven los culos desenfrenadamente para mejorarse la vida, mostrando una Cuba que solo existe en sus cerebros llenos de cadenas de oro y ropa Dolce & Gabbana. Todos cargan con la misma cuota de culpabilidad.

Paradojalmente todos los que ahora gozan de los beneficios de actuar en Miami, han sido defensores del horror que comandan los Castro. Hablan de puentes, de ausencia de criterios políticos cuando en muchas ocasiones apoyaron al creador del abismo y de la politización total. Desde la liviandad oportunista, aprovechan cualquier resquicio para sacar dividendos personales aunque éstos sean paupérrimos y sesgados por el amo dictatorial.

Kazan pudo sortear su abyecta actitud por el gran talento que poseía. Muchos de los malos cubanos que siguen su ejemplo no tienen tal arma. Estos traidores tropicales podrían ser una inspiración póstuma para el director en su película Nido de ratas.

lunes, 21 de diciembre de 2009

La revolución de Fidel Castro

Imágenes que muestran el cínico concepto de revolución de Fidel Castro.



lunes, 14 de diciembre de 2009

Ser derecho.

Después de que el dictador Augusto Pinochet cediera el poder empujado por el resultado del plebiscito de 1989, en Chile todos los gobiernos que le sucedieron han provenido de una coalición de centro izquierda. En las recientes elecciones presidenciales, las que se definirán en segunda vuelta en enero del año próximo, Sebastián Piñera tiene grandes probabilidades de ser el primer presidente de derecha desde la caída de la dictadura.

La derecha chilena carga con lastres muy pesados. Por un lado, estuvo estrechamente vinculada con la dictadura de Pinochet y por ende tiene una cuota de responsabilidad en todos los horrores que se cometieron. También se le acusa de ser extremadamente conservadora, con relaciones muy cercanas con la Iglesia Católica y ceñida a comportamientos valóricos ya arcaicos. Por último, el modelo económico que se instauró en Chile durante los años de dictadura -que generó las grandes desigualdades sociales que sufre el país- encontró en los militantes de este colectivo sus más acérrimos defensores.

Teniendo en cuenta el entorno descrito, cuáles serían los principales retos de un futuro gobierno encabezado por Piñera. El candidato presidencial debería, en primer lugar, romper con esa imagen demoníaca que carga la derecha chilena. Este hombre que para el plebiscito simpatizó con la opción de no continuar bajo el mando del dictador, fue capaz de crear un distanciamiento sano con la derecha mas radical. Es su responsabilidad propiciar un acercamiento, demostrar que la derecha chilena puede ser democrática, integradora y progresista. Otra labor ineludible sería considerar a la Iglesia sólo en el papel social que le corresponde y no convertirla en el comisario de una moralidad que ya no representa a gran parte de la sociedad chilena.

En Chile para calificar a una persona que es de fiar se le dice: este tipo es derecho. Sebastián Piñera es un empresario exitoso que amasa una gran fortuna. Es de esperar que no gobierne al país como a una empresa en la que esencialmente todo se evalúa en oportunidades, costos y beneficios. Los ciudadanos no pueden ser despedidos de la sociedad porque los números andan mal, por variaciones del mercado o por el maldito infortunio personal. Para gobernar, Piñera tendrá que ser derecho y entender que cada uno de los habitantes de un país tienen que ser empleados vitalicios de una vida digna y eso se logra con políticas solidarias e inclusivas. Si alcanza al menos cifras decentes en esos aspectos, es seguro que las acciones de la derecha chilena tenderán al alza.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Volver a escena.

A principio de los años noventa se hicieron en La Habana varias versiones teatrales del cuento de Senel Paz, El lobo, el bosque y el hombre nuevo. En una de ellas, el personaje homosexual ante la dura decisión del exilio, enumeraba ciertas cosas sin las que le costaría mucho vivir. La lista incluía el hecho hilarante de ver repetidas veces la supuesta última actuación de Alicia Alonso. Efectivamente, la bailarina se oponía a dar por terminada su carrera. En las postrimerías de su trayectoria artística verla bailar era patético. Parecía una pava de muslos ya vencidos, daba tumbos buscando de manera infructuosa la clase y virtuosidad de otrora.

Ahora Fidel Castro pretende imitar el ejemplo de la añosa bailarina. Se opone testarudamente a desaparecer de escena. El público que en otras épocas lo adoró y que irracionalmente le perdona todos los excesos, en la actualidad quiere remitirlo definitivamente al mundo de los recuerdos. En una actitud protectora, inconscientemente buscan que el anciano dictador no siga acumulando lodo sobre su existencia. Como la bailarina, Castro insiste en no dejar las tablas desde las que, con sus manipuladoras actuaciones, sometió y laceró al pueblo cubano. Cada nueva aparición es una representación tragicómica que lo sitúa ya no solo como el tirano de siempre sino como un anciano senil que claramente balbucea incoherencias. Fotos y videos lo muestran con sonrisas forzadas que buscan suavizar la imagen prepotente que siempre lo acompañó, pretendiendo disimular la hosquedad de su expresión.

Por estos días y teniendo como maestro de ceremonias al demente presidente de Venezuela, se pretende que Castro haga una nueva aparición. Pobre favor le podría hacer el anciano a la nueva izquierda que gobierna mayoritariamente en América Latina. Lo único que conseguiría aportar serían maquiavélicos métodos para ejercer el poder de forma vitalicia y maligna. Pero ya no puede, su desvencijado cerebro chapotea en los delirios de grandeza y magnificadas viejas proezas. Trastabilla con frases sin sentido, imposibilitado de ejecutar las piruetas mediáticas de antaño. Sólo queda esperar que como Alicia Alonso, Castro definitivamente se aleje de los escenarios, para que tranquilamente sumido en su demencia reciba el escarnio de la historia.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Fidel Castro y la libertad de prensa.

Fidel Castro y su particular concepto de la libertad de prensa en entrevista realizada en 1977.


Como el cangrejo.

Díez años antes del triunfo de la revolución cubana un hecho deleznable aconteció en La Habana. Varios marines norteamericanos en estado de embriaguez recorrían la ciudad. Uno de ellos se trepó en la estatua de Martí situada en el Parque Central y una vez que alcanzó la cabeza del prócer cubano, orinó encima del monumento. El hecho se convirtió en ícono de los ultrajes que no deberían permitirse en una nación plena y libre.

En el año 1959 la revolución cubana se imponía con una carga excesiva de romanticismo y con promesas de reivindicación nacional. Cincuenta años después es evidente que aquellos discursos, llenos de adornos nacionalistas, sólo eran un mecanismo de manipulación del dictador Fidel Castro. En la actualidad Cuba, como nunca antes, es ultrajada e irrespetada por los extranjeros. La degradación ha llegado a tal punto que es frecuente escuchar que si bien antes de 1959 Cuba era conocida como el prostíbulo de Estados Unidos, ahora lo es del mundo.

El 30 de noviembre pasado, unos populares artistas cubanos se vieron involucrados en un accidente automovilístico con unos diplomáticos sudafricanos. Los extranjeros conducían borrachos y durante el altercado intentaron atropellar a uno de los artistas. La policía nacional obvió el hecho como un intento de asesinato y las cosas quedaron como si no hubiese pasado nada. Fidel Castro además de arrebatarnos los mas elementales derechos, de haber llevado a Cuba a la bancarrota económica y moral, de dividirnos lacerantemente, también nos ha dejado a merced de nuevos ultrajes sin la menor capacidad de respuesta. Si antes orinaban sobre las estatuas de nuestros héroes, ahora defecan sobre la dignidad de un pueblo que no puede seguir padeciendo. El gobierno de los Castro ha subido a la sociedad cubana en el lomo de un cangrejo, cada paso es un retroceso inevitable que nos aleja de las añejas promesas. Esas que fallidamente intentan justificar medio siglo de desventuras.


Para obtener detalles de lo ocurrido remitirse al siguiente sitio:
http://orlandoluispardolazo.blogspot.com/2009/12/generacion-yara.html

martes, 8 de diciembre de 2009

Histeria oportunista.

Reinaldo Escobar, el esposo de la premiada bloguera cubana Yoani Sánchez, el pasado 21 de noviembre fue víctima de una encerrona de la peor calaña. Este señor pretendía recibir explicaciones del esbirro de la dictadura de los Castro, que días antes había golpeado a su esposa. Su intención era aclarar el por qué de tan cobarde comportamiento. Reinaldo, seguramente tragándose los deseos de romperle la cara al sicario, fue consecuente con el pensamiento de civilidad que profesa el matrimonio y optó por resolver el problema mediante una conversación, mediante un duelo verbal.

Fue así que citó al cobarde maltratador de mujeres a una esquina habanera. Lo esperó con parsimonia, pero como era de esperar no apareció. En su lugar, el gobierno totalitario de Cuba organizó un circo en torno al hecho. Con comparsa incluida, una turba de histéricos irracionales comenzaron a gritar las mismas estúpidas consignas de siempre. Había un joven con un micrófono que fungía como maestro de ceremonias de aquella absurda barbarie. Gritaba desaforadamente e indicaba el eslogan que debía vociferar la muchedumbre. Reinaldo estaba prácticamente sólo, escasamente contaba con un minúsculo grupo de amigos que intentaban protegerlo de aquella desigual situación.

Cualquier cubano con dos dedos de frente podría argumentar: ¿de qué te asombras?, y su argumento sería poderoso. Después de medio siglo de abusos y terror, nada debería sorprender. Sin embargo, algo llama la atención. ¿Por qué esa masa de personas, en su mayoría jóvenes, actúan de tal manera? Creo que la excusa de la manipulación del sistema ya no es válida. La mayoría de las personas en Cuba ya son concientes de las nuevas reglas del juego. El oro está en otra parte, no en el malgastado arribismo político. ¿Por qué tanto odio visceral, tanta violencia e irracionalidad? A lo mejor el deterioro moral y valórico en que ha sido sumida la sociedad cubana como consecuencia de las prácticas de un sistema arcaico, corrupto y totalitario, han provocado la ceguera ética de los acosadores. Creo que lo peor radica en el irraciocinio oportunista. La mayoría de los que allí gritaban y agredían a un hombre indefenso, cuando tienen la primera oportunidad emigran de la isla. Muchos tendrían como destino Miami y una vez allí, con caras angelicales, piden asilo político. Así usufructúan de leyes que pretenden proteger a las personas que son perseguidas y sometidas a los abusos que ellos mismos cometieron en el pasado.

Estimo que el castigo ante este oportunismo tiene que ser la identificación de los agresores. Las imágenes están disponibles e incluso el nombre de algunos de ellos. Los gobiernos que amablemente otorgan asilo a los cubanos que escapan de la dictadura, deberían prohibir la entrada a estos esbirros de poca monta. Se sabe quiénes son y qué han hecho. Si ellos vociferan que las calles cubanas solo deben ser transitadas por los adeptos a Fidel Castro, entonces los que vivimos fuera de Cuba exigimos que las calles de los países que nos acogen sean solo para personas que no comulguen con el horror y formen parte de él.

martes, 10 de noviembre de 2009

Recuerdos de la RDA.

Hace veinte años el muro que dividía Berlín fue destruido. Miles de personas golpeaban la larga muralla ejecutando lo inevitable. La ideología comunista había sucumbido después de 70 años ante el “demoníaco” capitalismo y su arma principal: el libre mercado.

Alemania – y el mundo- estuvieron divididos por esta pared. En Cuba solo conocíamos la parte oriental del muro. Era como una moneda que solo tenía cruz; al tirarla, siempre había una sola opción. A los alemanes de la RDA los asumíamos como más potables que los “bolos” (nombre caribeño que acuñamos a los rusos, perdón, quise decir soviéticos). Los programas televisivos que de ahí venían eran un poco más entretenidos. Recuerdo el famoso ballet de televisión de la RDA cuyo nombre era impronunciable y ahora para mi inescribible. Sus espectaculares bailarinas con plumas en la cabeza bailando música “moderna” en el característico idioma de los teutones. Su acoplamiento era deslumbrante, mas aún si lo comparábamos con el doméstico ballet de Cristi Domínguez y las hormigas locas del ICRT.

También recuerdo de uno de los lados del muro, a Marita Koch, una corredora rubia con cuerpo de negro. Lo digo en masculino para acentuar que su aún record vigente probablemente se debió al uso de sustancias prohibidas. Su cuerpo era una mezcla de Ben Johnson con la cabeza de Alicia Alonso. Aunque no se crea era igual de fea que la bailarina. Nunca he podido olvidar la estética pelambre de sus axilas.

Otra cosa que albergo en mis memorias sobre la RDA es el payaso Ferdinando. Creo que este artista fue una de las principales causas de la caída del muro. No recuerdo algo tan aburrido y tan poco ajustable al Caribe. Su mímica era una metáfora de la mordaza a la libre expresión que se usa en los regimenes comunistas. Los niños, tanto cubanos como alemanes, que fueron sometidos a su embrujo inevitablemente necesitaron romper un muro o subirse en una balsa.

Como última remembranza de la Alemania oriental, atesoro a las motos TZ. Eran la versión comunista de las Harley Davidson. Los cubanos que trabajaban en la RDA podían llevar a la isla estas flamantes motos. Hasta hoy son signo de estatus. Han pasado de manos trabajadoras a expertos jineteros o traficantes de todo tipo. En ellas más de una puta cubana ha recibido -en una de sus piernas- el caliente recuerdo del tubo de escape.

El muro cayó, mejor dicho, lo tumbaron la represión, la ineficiencia económica y el totalitarismo típico de las sociedades comunistas. Todo no fue tan malo. En Cuba aprendimos que no se puede ser toda la vida un payaso mudo, a que no siempre hay que correr más rápido y que en una moto – sin libertad- no se va a ninguna parte.


El payaso Ferdinando

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Por qué no nos creen?

Muy pocas personas dudan sobre las atrocidades cometidas por diferentes dictaduras. Salvo rarísimas excepciones, hechos como el genocidio nazi, la represión estalinista , las desapariciones y torturas en Chile y Argentina no son discutidos ni desmentidos por nadie. Entonces, qué pasa con el caso cubano.

La revolución cubana nació como una utopía de igualdad que muy tempranamente fue empañada por los excesos de violencia. Primero fueron los fusilamientos masivos que se convirtieron en las guillotinas revolucionarias de mediados del siglo XX. Después, la persecución por las inclinaciones sexuales, las creencias religiosas o políticas. El discurso de Fidel Castro siempre ha sido beligerante y agresivo. Su dominación ha sido sustentada por mantener un supuesto estado de guerra que ha ido desde la crisis de los mísiles en el año 1962 hasta la senil batalla de ideas en la actualidad. A pesar de estos antecedentes –de manera general y tanto dentro como fuera de la isla- siempre se ha dudado de los métodos represivos, intolerantes y violentos de la dictadura castrista.

Fidel Castro ha sido un manipulador por excelencia. El uso brutal de los medios de comunicación y su maquinaria ideológica de control absoluto, han sido la principal forma de represión. Ha logrado hipnotizar al público de manera tal que muchos no logran ver lo evidente. Para lograrlo ha usado como herramientas propagandistas supuestos logros en determinadas áreas estratégicas de carácter social –como la masificación deportiva, la salud preventiva o el acceso educacional- que países del tercer mundo no podían soñar tener. Lo anterior, sumado al romanticismo revolucionario, ha servido para que la cruda realidad cubana resultara invisible a los ojos comunes.

Por estas razones mantener una posición anti-castrista, aún fuera de la isla, es una actitud muchas veces repudiada. Disentir o claramente estar en contra de la dictadura cubana, supone frecuentemente recibir el epíteto preferido por la intolerancia castrista: gusano. En esto también juega un papel fundamental el oportunismo de personas sin escrúpulos. Aunque víctimas también de un sistema totalitario, por intereses personales pedestres o por simple cobardía, muchos emigrados cubanos disfrazan la realidad isleña. Juguetean con la izquierda internacional usufructuando de la barbarie dictatorial, empapelan sus casas con fotos del Che Guevara y “blanquean” la imagen de Fidel Castro, buscando establecer redes que les permitan escalar en la escabrosa pirámide del capitalismo y la libre competencia. Convierten la legítima posibilidad de ganarse un lugar en otra parte de manera digna y libre, en un acto oportunista que les permita almorzar con Dios y cenar con el Diablo.

Pero ahora, con la ayuda de la tecnología y gracias a la valentía de un grupo de cubanos que viven en la isla, se desnudan como nunca las mentiras castristas. Cada vez más lo evidente se abre paso entre la manipulación y el oportunismo de malos cubanos. Sólo queda pedir algo más que fe porque lo que se pretende mostrar es algo real, crudo y palpable. El sufrimiento del pueblo cubano y las atrocidades del tirano deben ser conocidas por el mundo. Repudiarlas ya es parte de la libertad personal pero no negarlas es un acto de honestidad ineludible.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Un poco de música.

Salsa para condimentar al cerebro.


De nuevo los esbirros.

Yoani Sánchez es una bloguera. Su objetivo es escribir sobre la realidad cubana. Nunca he leído en su espacio un comentario explícito en contra de la dictadura de los Castro y mucho menos un llamado a la violencia. Sus impresiones – impecablemente bien escritas – son básicamente crónicas sobre la triste situación de la sociedad isleña. Por supuesto que los oídos de los geriátricos dictadores que han destruido a Cuba no pueden escuchar tales opiniones.

Recientemente esta mujer de contextura delgada y expresión frágil, ha sido secuestrada y vejada por los esbirros de la dictadura cubana. Animales adoctrinados que por conveniencia propia persiguen a sus compatriotas, monstruos cobardes que usan la fuerza que les otorga la institucionalidad para golpear y humillar a una mujer. Lamentablemente al conocer esta noticia, no puedo evitar recordar el ejemplar de Bohemia dedicado al triunfo de la revolución cubana. En aquella publicación aparecían fotos y relatos de todas las atrocidades que cometieron los esbirros de Batista. Después de medio siglo nos asalta el mismo miedo, la sombra de que Cuba se manche nuevamente con la sangre de sus jóvenes causa pavor. También recuerdo a aquella chica chilena que fue quemada intencionalmente también por esbirros. Su rostro desfigurado por las llamas, la indolencia del Papa ante su caso, la hipocresía de la dictadura Castrista al acogerla con el único propósito de utilizarla como parte de su propaganda ideológica.

Ahora todos estos fantasmas comienzan a recorrer la isla. Yoani pretendía asistir a una manifestación sobre la no violencia y terminó maltratada. Espero que no sea un vaticinio del horror, confío en que los Castro no sumen a su larga lista de abusos un baño de sangre masivo sobre los cubanos. Para esta mujer y para todos los que en Cuba se oponen frontalmente a la dictadura, mucho respeto y toda la fuerza del mundo. Continúen, tienen el poder de la razón y la justicia, los cuerpos se pueden maltratar, mutilar, incluso matar pero las ideas, las palabras, son inmunes a la violencia. Permanecerán machucando a los dictadores y sus esbirros.

Aquí les dejo la declaración de Yoani Sánchez. Pulsa Play para escucharla.


domingo, 1 de noviembre de 2009

No más odio ni rencor.

En medio siglo de dictatura, los cubanos, nos hemos acostumbrado a escuchar una sola voz que nos condicionó y obligó a creer que existe una forma única de pensamiento. Es por eso que a veces nos cuesta tanto entender las visiones diferentes. Fuimos educados en la cultura del odio y la intolerancia. Espero que este sea un sitio de respeto. Aquellos que no compartan las opiniones que aquí se expresan solo deben abstenerse de verlas. Es la mejor forma de demostrar que se respetan a sí mismos como seres humanos plenos.

Aquí les dejo una canción dedicada sobre todo a esos profesionales e intelectuales que contrabandean sus servicios, jugueteando con la ideología del terror construida por Fidel Castro.

jueves, 29 de octubre de 2009

Otra visión

En noviembre próximo Pablo Milanés cantará nuevamente en Chile, como siempre viajará sin ningún impedimento. Espero que muy pronto Los Aldeanos gocen de los mismos derechos y puedan viajar libremente. A lo mejor Pablo Milanés quiera abogar por ellos, para que también puedan caminar por las plazas liberadas que en Cuba no existen.

domingo, 11 de octubre de 2009

Hasta cuándo.

Si no te gustan las dictaduras y te duele el caso cubano, divulga este video. Sólo son palabras y como sabemos no matan.

martes, 6 de octubre de 2009

Casa Vacía.

Escrito por Daiquirí en un vuelo a Cuba, 4 de octubre de 2009.


Desde que salí de Cuba en el año 1995, he regresado a la isla en menos de una decena de oportunidades. Casi la mitad de ellas por desgracias familiares. Y aunque nada es comparable al dramático viaje de regreso por la enfermedad o muerte de un familiar querido, en cada ocasión contaba con la tranquilidad que, tras pasar los infortunios y amargos tragos de los trámites de inmigración en Cuba, a la salida me aguardaría el cálido abrazo de un ser querido. Tan solo ello me bastaba para, en cuestión de minutos, encontrar sentido a la odisea.

Pero ahora, ¿qué hago sentada en este avión atestado de turistas extranjeros y cubanos que exhiben orondos pasaportes de las nuevas nacionalidades adquiridas? ¿Qué sentido tiene para mi el retorno si en la isla nadie me espera? He tenido más de nueve horas para repasar cada uno de mis viajes de regreso. Ciertamente cada vez que regresaba eran menos los que me esperaban… además de las pérdidas vitales, en menos de una década mi familia y la gran mayoría de mis amigos se ha dispersado por el mundo, tratando de reconstruir sus vidas en otras geografías. Yo, que ahora podría cerrar el capítulo CUBA, lo reabro esta vez con otros propósitos, tan inciertos como el propio futuro de la isla. Algo de imperativo moral tiene este viaje. Pretendo aportar un pequeño grano de arena que promueva la sociedad civil de mi patria y la emancipación –al menos intelectual- de su gente. Creo que son razones de peso.

Pero estoy incómoda. Vuelvo ahora como extranjera en mi propia patria, a alojarme en los hoteles que antes no me estuvieron permitidos, a apoyar un proyecto local con el impedimento de mi inevitable desvínculo con la cotidianidad cubana, a gozar de pequeños-grandes privilegios que les están vedados al común de los cubanos. Tal vez muchos compatriotas anhelarían este viaje. Sin embargo, heme aquí, deambulando entre mil preguntas y pesares. Por momentos solo deseo poder volver a la casa de mi familia en la Habana Vieja y escuchar las voces y risas de los que ya no están…


Deambularé entonces como un fantasma por las calles de La Habana, sintiéndome tan extraña como en las otras ciudades que me ha tocado vivir o visitar. Trato de encontrar alguna respuesta que me permita comprender o dar sentido a toda esta absurda realidad. Ilusa sería si pretendiera hallarla siquiera en la ciencia. ¡Cuántas páginas gastadas en los estudios migratorios para que ninguno sea capaz de capturar el verdadero drama humano de medio siglo de familias cubanas separadas, de biografías fracturadas! ¿Cómo encontrar sentido a este viaje en el que encuentro mi casa vacía? Nadie me espera, sólo deseo que los recuerdos que estaban parados en cualquier esquina no hayan emigrado también.

lunes, 5 de octubre de 2009

Otra paz.

Me pregunto por qué Frank Delgado no estuvo en el concierto de Juanes en la Habana.


martes, 29 de septiembre de 2009

Mal Padre.

La geriátrica cúpula del poder en Cuba ahora pretende que los habitantes de la isla no esperen que el Estado les solucione todas las dificultades que padecen. La nueva idea surge después de cincuenta años de absoluto centralismo estatal. Esgrimen que los problemas deben ser solucionados por los afectados y no por aquellos que los originan que, en el caso de Cuba, es el propio Estado.

Quizá y dando muestra de una presunta demencia, Ramiro Valdés no comprende que indirectamente lo que está proponiendo es un sistema con otro tipo de propiedad. Parece que tampoco entiende que, sutil y epidérmicamente, está proponiendo un modelo de corte liberal. Valdés, sumiéndose más en el absurdo, propone que todos deben aportar con trabajo e ideas. Su proposición choca violentamente con un régimen que exige la incondicionalidad más sumisa y que no ha soportado nunca ideas contrarias.

En el caso de Cuba, el Estado no ha tenido su función típica de regulador de la sociedad civil. Por el contrario, ha sido brazo ejecutor de todas las atrocidades de la dictadura de los Castro. Milton Friedman abogaba, basándose en el caso de la dictadura chilena, que la liberalización del mercado acabaría con la centralización y control políticos, terminando inevitablemente en la democratización de la sociedad. El ideólogo del neoliberalismo ha encontrado un discípulo en medio del Caribe pero con la diferencia de que el Comandante no pretende dejar el poder ni sabe lo que dice. Valdés después de medio de siglo de control político, económico y social, pretende dejar huérfanos a los damnificados. La isla ya muestra índices de desigualdad social preocupantes, lo que se evidencia, entre otros fenómenos, en el dispar acceso a monedas fuertes y en la participación en el poder político. En cualquier lugar que impere un Estado de bienestar, es obligación del mismo encargarse de los más desfavorecidos. Paradojalmente, la revolución que pretendió ser el ícono de la igualdad ahora propone un llamado al “sálvese quién pueda”.

El Estado cubano después de tantos años siendo un padre severo, caprichoso y dominante, ahora quiere jubilarse. Este padre descalabró al país, lo sumió en la miseria y sólo dejó de herencia la desesperanza. Sus hijos no pueden agenciárselas solos porque simplemente él no le da espacios. Ese mal padre que ahora pretende mostrarse dadivoso enrostrando las migajas que ha dejado caer a sus hijos, debe de una vez morir. En paz o no, eso solo lo dirá la historia.


jueves, 24 de septiembre de 2009

“Inocencia” y liviandad.


A Juanes le bastaba un solo argumento para justificar la decisión de hacer un concierto en Cuba, lo haría porque simple y llanamente le daba la gana. Incluso no tendría que dar explicaciones. El cantor colombiano es un hombre libre – sin entrar en disquisiciones escapistas de filosofía barata sobre qué es la libertad- por tanto puede hacer uso de sus derechos, esos que los seres libres dan por sentados sin percatarse que pueden haber personas que no los tienen. Juanes podría pensar, a pesar de haber nacido en un país que padece una tragedia ya veterana, que todos los artistas o personas del mundo gozan de las mismas libertades que él.

El colombiano puede creer en lo que quiera, nadie nunca ha intentado arrebatarle sus creencias a la fuerza, ni le ha pautado lo que debe componer, ni le ha dicho en ese país no puedes tocar o en ese lugar no puedes vivir. Goza de las ventajas mínimas que otorga la libertad. Él, “inocentemente”, pudo haber pensado que hacer un concierto en Cuba sería como en cualquier otro lugar, porque desde su “inocencia”, allí las personas gozan de los mismos derechos a los que él está acostumbrado.

Llegado el momento del concierto, por obra y gracia del totalitarismo, Juanes se percata que lo han vigilado, que los cubanos son obligados a vestirse de una cierta manera, que en una dictadura a nadie le importa lo que diga o piense y que las lágrimas valen muy poco. Forma un pre show, se muestra molesto y - haciendo uso de su estatus de hombre libre- protesta sin el riesgo de que lo golpeen o encarcelen. Aún así continua, da el concierto para una masa toda vestida de blanco. El sol inclemente parece que le produce amnesia, no menciona ni una sola palabra de lo que ha sucedido, ni siquiera una metáfora insulsa, nada, no dice nada. Todos los artistas invitados hacen mover al público. Los allí presentes se mueven como un gran amasijo sudoroso, reivindicando los bailes nocturnos de los esclavos. Tambor y danzas para olvidar el látigo, para no llorar porque su llanto, al igual que el de Juanes y sus amigos, no le importa a nadie.

Juanes regresa a su mundo lleno de derechos y no explica nada. Qué importa que en Cuba vigilen a las personas, que no tengan ni el derecho de ir a un concierto vestidos como quieran, que el país esté destruido, que la mayoría de las familias vivan separadas por un exilio inevitable, que una protesta pacífica sea suficiente para encarcelarte. Lo importante es que ahora Juanes es más famoso. Espero que al menos escriba una canción reivindicativa, aunque sea llena de vericuetos con dobles lecturas, algo que demuestre que todo esto no ha sido un acto oportunista y que ha aprendido la lección.

Todos fueron al concierto – a la fuerza o no- vestidos de blanco pero lo cierto es que el alma de la nación viste una camisa negra por el luto que provoca cincuenta años de dictadura.